jueves, 12 de agosto de 2010

Ricardo Forster / Ricardo Fort. Dos nombres parecidos, dos hombres diferentes



Hace unos días leí un articulo publicado por mi colega bloguero GDA textual (http://gdatextual.blogspot.com/) en el que criticaba las producciones de ciertos programas de TV. Una de las imágenes que mostraba era a Marcelo Tinelli junto a Ricardo Fort en el programa Showmatch .Yo quisiera ir un poco más allá y pensar por qué las audiencias adoptan ciertos programas televisivos y personajes caricaturescos. Paro la pelota para también reflexionar cuales son las causas que llevan a Fort y todo su reality show a tener injerencia y ser más conocidos en la opinión publica que por ejemplo contenidos mas enriquecedores y creativos como el programa “Grandes pensadores del Siglo XX” conducido por Ricardo Forster. Es decir reflexionar por qué lo chabacano, lo mal hecho y lo grotesco, divierte, entretiene y llena las almas de millones de personas argentinas a diferencia de un programa que habla de interesantes cuestiones y no es aprehendido como debiera serlo.
Por esta cuestión es pertinente resaltar a dos agentes sociales que por su forma de sentir y participar en los medios, son ejemplos significativos de está problemática
Muchos de los amigos Blogleros del exterior seguramente no sepan quien es Ricardo Fort y Ricardo Forster. Paso a comentarles rápidamente.
Ricardo Fort es un ricachon que heredo una fortuna de su abuelo golosinero, ¡si! hacía chocolates y se lleno de verdes. Cuarenton y estirado, vivió gran parte de su vida en Miami y de repente quiso ser mediático (es decir querer estar siempre delante de una cámara) pronto este personaje empezó a aparecer en todos los shows televisivos. Su fuerte es no saber hacer nada, excepto poner un saquito de te al agua caliente. Canta peor que yo cuando me ducho, baila mal, ostenta dinero, y cambia de novia de vez en cuando, ¿Interesante no? bueno así se construye una estrella.
Ricardo Forster es un filósofo y ensayista argentino, Doctor en filosofía por la Universidad Nacional de Córdoba. Actualmente profesor en la Universidad de Buenos Aires de la materia Principales Corrientes del Pensamiento Contemporáneo (una pena que no lo haya tenido como profesor en su momento). Su fuerte radica en su pensamiento crítico sobre la sociedad. Junto Nicolás Casullo creó Carta abierta, un grupo de intelectuales que se pusieron a reflexionar sobre la política argentina actual. Forster además conduce un programa en el canal encuentro el cual cite anteriormente. No tiene “musculos”, ni novias salidas de un reality, no discute por supercialidades, ni anda por las calles mostrando sus alhajas. Un sabio entendedor de la vida cotidiana argentina que desde su brillantez y tenacidad intelectual formula discursos día a día que no tienen la publicidad que ostenta el chocolatero devenido en mediático.
En estas pequeñas descripciones observamos que uno sin saber hacer nada de nada, tiene la publicidad que desea, para mostrar desde un perfume hasta un libro. La gente lo ve y lo aclama masivamente. El rating sonrie al verlo en la pantalla. (¿será cierto lo del rating?) , girando todo alrededor de un personaje que se alimenta de las opiniones que se producen y fagocitan desde la gran variedad de programas que fomentan el discurso metatelevisivo. Habría que pensar la importancia que tiene para el “sistema” que Ricardo Fort tenga muchos minutos televisivos al aire hablando de cuestiones superficiales y efímeras de contenido.
Quizás el triunfo sistémico se deba a que no haya que pensar tanto al verlo a Fort en la pantalla. Quizás sean épocas para no pensar (decodificar el mensaje) y volver a prender la tele y ver Showmatch, Intrusos, la Noche del Domingo etc. Quizás no sea conveniente pensar como lo hace Forster, tampoco sea conveniente ir a la escuela, al secundario, a la universidad. ¿Cómo le explicamos a las nuevas generaciones que el éxito no es Fort sino Forster? Que el éxito es tener un pensamiento crítico de la sociedad y no someterse a vivir en la sociedad como uno más. ¿Como le decimos que tienen que buscar la justicia cuando el triunfo esta condicionado y apropiado como concepto por aquellos que tratan a las mujeres como objetos, se burlan de los más necesitados y juegan a la ruleta rusa con las sienes de otros? El cambio no esté quizás como decía GDA textual en la producción de los programas, sino en recuperar conceptos que han sido manipulados de tal forma que ya vale lo mismo un “Fort” que un gran profesor como decía el tango. Seguramente cuando reconozcamos el apellido Forster antes que Fort habremos crecido como sociedad llegando a comprender que detrás de dos nombres parecidos hay dos hombres diferentes.

domingo, 1 de agosto de 2010

Volver con la frente marchita...


Luego del exilio intelectual que me llevo a transitar latitudes desconocidas, vuelvo a escribir en este blog que parecía herido de muerte, sin tinta en sus venas pero que está más vivo que nunca.
El Dr me prohibió por estas semanas hablar de futbol, religión y política por esta cuestión voy a analizar en profundidad la composición, textura y proyección de las puteadas en la vida cotidiana.

Putearte. “El Arte de Putear”

Estudiar en la Universidad de Buenos Aires tiene la magia de conocer gente que cursa lo mismo que uno pero en un lugar ajeno a la facultad. De estos encuentros pueden surgir momentos productivos o destructivos, en este último caso si uno tomó unas copas de más en un cumpleaños por el misterioso San Telmo. Pero como efecto mariposa, de una pequeña cosa se puede pasar a otra hasta llegar a filosofar sobre las puteadas con una seriedad que asombra. Quien alguna vez no ha gritado una buena puteada. Hay muchas puteadas en el hall de la fama como, “hijo de put”. “la reconch. de tu madre” o “estúpid. de mierd”. Pero cada puteada tiene su contexto de acción. Por ejemplo si un auto por 2 cm no te atropella, la puteada sería cortita para que llegue a escuchar el conductor del auto asesino ; “put. Aprendé a manejar”. Sin embargo si estamos en presencia duradera del individuo que debemos putear (imagino a un tinelli o a un Mauricio) la puteada podría ser mas elaborada y creativa donde entren en juego otros recursos retóricos. Me imagino un “cabezon hdp dejate de robar mostrando culos!” o “che Mauricio dejá de pinchar y ponete de nuevo el tegobi facho hdp!” Tambien hay puteadas suaves para casos especiales en donde el “puteado” no hizo algo tan grave. Por ejemplo tirar una copa de vino tinto en un mantel blanco. En este caso lo apropiado sería decirle un “estupid. que hiciste” o “alegría, alegría que tarad. como vas a tirar el vaso”. También hay puteadas hacia cuestiones que ya pasaron las cuales se manifiestan acompañadas de un recuerdo; “Hace un año veía a mi novia apretando con otro flaco que guach. de mierd. Pero las mejores puteadas son las que son hacia uno y que no se verbalizan sino que mueren en el interior ; “Que pelotud. soy! como le voy a decir a mi suegro si votó a Lopez Murphi cuando tenia el poster de Camilo Cien Fuegos en el comedor". En definitiva el puteador y el puteado entran en una lucha simbólica que puede convertirse en una lucha a piñas con facones o bufosos. Lo que propongo es destinar parte de las puteadas, las más creativas que se nos ocurran, para decírselas en la cara al sistema, este sistema hijo. de put. que deja gente muriéndose de hambre y frío mientras otros ostentas sus joyas a través de una pantalla. Que las puteadas sean cada vez más y se conviertan en acciones diarias para cambiar un poco este mundo de mierda impregnado de injusticias.

a “Roberto”