viernes, 13 de noviembre de 2009

¿Una semana cargada de inseguridad o una semana cargada de discursos sobre la inseguridad?




Este texto no va a ser bien escrito, lo aviso.
Escribo indignado y cuando uno escribe indignado es como hablar en caliente, no se fija en las palabras, en como argumentar y demás, así que dejaré aquello me enseñaron en la facultad para hablar más con el corazón que con la cabeza. En estos últimos días se ha hablado mucho de la inseguridad como habrán visto. Pareciera como si de golpe vuelven a aparecer los hechos de inseguridad. Creo que hablar de inseguridad es un tema muy delicado y si bien existe la libertad de expresión, hay personajes que tendrían que pagar multas por hablar tantas estupideces sobre temas que no son competentes. Uno de los casos es el del famoso conductor Marcelo Hugo. ¿De que lugar hablás cabezón cuando decís que hay que mirar para adelante, que le reclamas al gobierno que ponga fin a esto porque así no se puede seguir? ¿Acaso vos contribuís al bienestar social (ya se que tu fundación ayuda a mucha gente, pero es como si yo diese 10 centavos de mi sueldo por mes) mostrando culos y tetas? ¿Acaso dijiste algo cuando en la década menemista se privatizaron todas las empresas del estado y miles de persona quedaron sin laburo mientras vos te cansabas de contar guita? Traes a tu programa enfermos terminales para darles el sueño de una operación, que sueño es ese de querer que te trasplanten una medula?. Que casualidad que cuando tu programa se cae del mapa volvés a vivir mediáticamente a partir de tu discurso sobre la inseguridad. Lo peor marcelito es que hay gente que cree en tus palabras que te ve como un héroe por las boludeses que decís. Por un punto de rating un día vas a vender tu alma si aun todavía la conservas.
Otro caso de hablar sin saber es el de Mirtha . Creo que hay buenas cirujias para mejorar la cara pero para el cerebro no la inventaron. Esta querida abuela se sienta en su mesa tipo reina de Inglaterra y junto a sus invitados opina del país como si estuviese viviendo en Montecarlo. Yo creo señora que aun no sabe nada de la desigual distribución del ingreso que existe en este país. ¿Acaso quiere que todos los pobres sean buenos y la feliciten por usar un collar que alimentaría a cientos de pibes en comedores comunitarios? Si quiere trabajar por el país señora, en primer lugar no utilice esclavas en sus programas para que le sirvan el alimento. Usted misma puede ir con sus oligarcas invitados hasta la cocina del canal y servirse la comida putrefacta. Como ya le dije alguna vez lea los dictados de la Asamblea de 1813 y después sí, con un poco más de bagaje teórico y humanismo (no le vendría mal un paso por la UBA) hablar de los problemas de inseguridad del país.
Para finalizar quiero decir que muchas veces tipificamos la figura del delincuente como un pibe morocho que usa gorrita y escucha cumbia. Ahora me pregunto por qué la corrupción no esta estereotipada. Por qué no se habla de los millones de dólares que circulan por las grandes corporaciones entre sobornos y regalos. Acusar al delicuente morocho punguero es más fácil que meterse con los grandes ladrones de este país, esos que usan guantes blancos y comen en la avenida Alvear. ¿No marcelito? ¿No Mirthita?